domingo, 16 de agosto de 2009


No me duele saber, que todo terminó, que todo ya pasó; y vos que no dudabas de nuestra eternidad, te pido corazón que vuelvas a mirar; porque a tu alrededor, ya nada es igual. Y caminar por el balcón, ya no es una tentación; decime la verdad, si total no voy a saltar; espero una respuesta a tanta confusión. Cuando algo se quiebra, y esos pedazos caen, mis manos que te sueltan, por miedo a fracasar; la vida me enseñó que no hay más de un adios. Y en el cristal, mi vida, siempre te guardé; Hoy armo mi camino, y a la cuenta de tres, yo brindo por tu amor; estúpida razón

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